Noah, ha cogido la Maleta, se ha subido a un avión y nos ha llevado, con sus recuerdos, a las Islas Baleares... a Menorca.
Con las gafas de sol y el sombrero que llevaba en ese viaje, Noah nos ha contado lo bien que se lo pasó, sobre todo, después de atreverse a bañarse en la piscina que era muuuuuyyyyyy grande. ¿Sería tan grande? Todo depende de los ojos de quien la mire y seguro que para Noah, con sus dos añitos y medio que tenía cuando hizo este viaje, la piscina le parecería... un océano.
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